Si fuimos dos en el silencio de la noche
Tu cuerpo desnudo provocando al mío,
el canto de la oscuridad
adornando y alabando nuestra naturaleza.
Inmensidad de mar en un pequeño cuarto
mientras te elevas de la nada hacia el infinito
Beso tus ojos, y los cubro, la noche canta,
mientras tú respiración agitada
atrapa mis sentidos como una puerta,
que se cierra con candado y me aprisiona
y me eleva dejando tras de sí los temores,
los miedos,
La nada de la muerte para respirar nuevamente vida
Amantes de una noche, sesión de BDSM,
amo y sumisa hablando el idioma prohibido del amor.
El sonido de un azote en tu cuerpo de Diosa,
tus quejidos exacerbando mis sentidos y tu morbosidad,
somos incendio en el bosque,
arrasamos y le damos expresión a la palabra,
voz a la naturaleza,
hombre, mujer, hembra, macho, amo y sumisa.
Sujeta de manos y pies, vendo tus ojos,
mientras la curiosidad de tu mente espera los tocamientos
De mi lujuria
La humedad moja tu entrepierna
mientras esperas de tu amo la perversidad
que te hará disfrutar el paraíso del infierno.
Eres el barro donde moldear mis obsesiones,
mi poder sobre tu cuerpo indefenso
y tu entrega humilde,
qué me ofreces caliente y erótica
prendiendo mi oscuridad y tu morbo,
Mi látigo marca tu cuerpo
mientras mi lengua refresca esos caminos rojos
de ardor
dándole frescura a tu piel mientras húmeda y cachonda
pides la posesión fuerte
como el camino a la gloria del dolor al placer
mientras penetro lentamente tu intimidad
por la puerta húmeda de tu sexo,
los espasmos de tu cuerpo son el preludio
del orgasmo
qué es mi alimento y vida
Mujer de ojos vendados y manos atadas
eres la zorra, donde satisfago mi virilidad,
entró al fondo de tu alma oscura, y reconoces a tu dueño,
a tu amo.
Es el lugar dónde me perteneces,
donde tomó tú alma y la hago mía,
mientras mi cuerpo en un ritmo fuerte
embiste al tuyo,
en el canto de tus gemidos y humedad
que brotan involuntarios volviendo mi infierno...
¡En paraíso! Naturaleza viva,
violenta y fuerte como un tsunami,
eso somos tú y yo...
En el silencio de una noche.
Dónde eres en cuerpo y alma mí Sumisa...
Y al término...
un abrazo besos y caricias tiernas
promesas de una nueva sesión y después..
La rutina diaria del día siguiente
que nos vuelve a transformar
en los soldados marchando al unísono
de la sociedad,
de las buenas costumbres y...
del que dirán..
Orión
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