jueves, 15 de septiembre de 2011

A Cristo Crucificado

A Cristo Crucificado



Escucha la Poesía
No me mueve, mi Dios, para quererte
el cielo que me tienes prometido,
ni me mueve el infierno tan temido
para dejar por eso de ofenderte.

Tú me mueves, Señor,
muéveme el verte clavado en una cruz y escarnecido,
muéveme ver tu cuerpo tan herido,
muévenme tus afrentas y tu muerte.

Muéveme, en fin, tu amor, y en tal manera,
que aunque no hubiera cielo, yo te amara,
y aunque no hubiera infierno, te temiera.

No me tienes que dar porque te quiera,
pues aunque lo que espero no esperara,
lo mismo que te quiero te quisiera.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Dos

Si fuimos dos en el silencio de la noche Tu cuerpo desnudo provocando al mío, el canto de la oscuridad adornando y alabando nuestra ...